En un pasaje bíblico se menciona que “por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado”.
Si pudiéramos hacer una lista de palabras tanto positivas como las que no lo son, cada día al finalizar el día ¿cuál crees que sería la medida?. ¿Estas alimentando tu vida con palabras que son de bendición?. O por el contrario, ¿Estás condenándote a ti mismo, a los seres que te rodean, estas condenando tu trabajo, tu alimento, tu dinero, tu nación, el planeta?.
Entonces; detente, piensa y reflexiona sobre lo que sale de tu boca. Y luego, comprométete contigo mismo para utilizar palabras en tu diario vivir que sean positivas en todas las áreas de tu vida, para todos los seres que te rodean y en todo lo que haces.
Comenzaras a notar un cambio en tu vida, porque se guardarán no solo conscientemente, si no también, en tu subconsciente y luego navegarán a tus emociones y es allí cuando empezarás a nutrir tu corazón y veras manifestaciones positivas en tu vida. Que todas tus palabras; al hablarte, al hablar acerca de los demás, al hablarle a los demás, al hablar sobre tu nación, sobre el planeta, sobre tu trabajo, sean de bendición y de abundancia. Tienes el poder en tus palabras, utiliza ese poder para tu bien.